viernes, 3 de octubre de 2014

El presidente manda a las mujeres a morir.

El presidente manda a las mujeres a morir.

Después de muchos años de incansable trabajo e incidencia de las organizaciones de mujeres, demandando una legislación que garantice castigo para los agresores y justicia para las mujeres que vivieron o viven con el azote de la violencia, en el 2012 la Asamblea Nacional publica y aprueba la esperada y polémica ley 779.

La 779, Ley Integral Contra la Violencia hacia las Mujeres, en un país como Nicaragua, en donde el androcentrismo sigue haciendo de las suyas, colocando a las mujeres, de los diferentes ámbitos y estratos sociales, en franca desventaja ante a los hombres, generó mucho ruido, debates y desacuerdos.

Muchos desacuerdos fueron y continúan siendo engendrados por; el temor de los agresores a enfrentarse a la justicia y la necesidad de continuar reafirmando las prácticas machistas, como una manera de mantenernos doblegadas y sometidas a las mujeres, para impedir nuestro crecimiento en el ámbito público.

Por otra parte, subyace una falta de reconocimiento de la necesidad de que las mujeres vivamos libres de violencia, que descansa en la justificación de que el maltrato puede y debe ser abordado como “un problema de pareja”.

La violencia es un problema de salud pública, por tanto debe ser abordado como tal, afecta a mujeres y a hombres, pero no en igual medida, las mujeres cargamos con las mayores consecuencias. Limita y cercena nuestros sueños, nos roba la tranquilidad y la autonomía, nos hace presas de la zozobra, nos invisibiliza, y nos mata.

Por otro lado, le impide a los hombres, por su propia conducta hostil, dar muestras de afecto y cariño, se reprimen constantemente, se auto prohíben expresar sentimientos y esto a la postre también les ocasiona problemas cardíacos como infartos.

Debido al modelo o paradigma machista que afecta las relaciones interpersonales entre hombres y mujeres, el hombre cariñoso y afectuoso es considerado como débil, a menos que esté ebrio, esto lo digo porque he visto a muchos hombres poco afectuosos convertirse en una melcocha dulce y pegajosa con sus parejas cuando están tomados.

Aunque también hay hombres que se vuelven más hostiles cuando están alcoholizados y el increíble Hulk les queda corto.

Es por eso que la violencia no puede verse como un problema de pareja. La aprobación y entrada en vigencia de ley 779 significó un gran avance para detener y castigar la violencia que se ejerce contra las mujeres, pero casi se puede decir que fue un “alegrón de burro” porque esta legislación quedó desaprobada dos años más tarde.

Según datos de la Red de Mujeres contra la Violencia, los cinco años que precedieron la entrada en vigencia de la Ley Contra la Violencia hacia las mujeres, se habían registrado 568 femicidios.

La ley y el decreto, el día y la noche
Al hacer un análisis comparativo entre la ley 779 y el decreto 42-2014 de reglamentación de la misma, es fácil darse cuenta que nada tiene que ver una cosa con la otra.

Desde que fijamos la mirada en el objetivo de ambos instrumentos, notamos que la ley 779 pretende “actuar contra la violencia que se ejerce contra las mujeres”, queda claro que lo primero y más importante es defender la vida de las mujeres.

Pero por otro lado, el decreto 42-2014 que reglamenta la ley, da mil pasos atrás en materia jurídica para la defensa de los derechos de las mujeres, centrando sus intenciones en “garantizar el fortalecimiento de las familias nicaragüenses”.

Ante semejante propuesta me pregunto ¿Cómo se pretende hacer tal cosa? ¿Retomando nuevamente el discurso de que la violencia es un problema de pareja? ¿Negando que haya hogares ya destruidos por la violencia intrafamiliar en donde ya es tarde para prevenir? Las mujeres ya lo estamos lamentando.

No es tapando el sol con un dedo y pretendiendo colocar las “relaciones armoniosas” entre hombres y mujeres para garantizar el “fortalecimiento de las familias” que se va a resolver el problema de la violencia.
Este decreto presidencial nos manda a las mujeres el mensaje de seguir aguantando en aras del bienestar familiar. ¿Y nuestro bienestar qué?

No es justo que se continúe manteniendo el statu quo del patriarcado en detrimento de nuestra libertad, de nuestra autonomía, de nuestros sueños, de nuestras vidas.

Con esta pretensión gubernamental, no solo se agudiza el ciclo de la violencia, sino que se cae en violencia institucional, el presidente nos manda a morir al revivir la figura de la mediación y nos deja claro que nuestras vidas no representan una prioridad para el estado.
Otra “perla” del Reglamento, consiste en excluir de los ámbitos de aplicación de la ley, al ámbito público. Es decir, que solo se consideran como violencia de género las agresiones que se den en el seno del hogar o que hayan sido perpetradas por allegados de la mujer, léase; conyugue, ex conyugue, conviviente en unión de hecho, ex conviviente en unión de hecho, novios, ex novios.

Contrario al reconocimiento expreso que hace la ley 779 al identificar además de la casa, la calle, la comunidad, el trabajo, las instituciones, como lugares donde también se violentan los derechos de las mujeres con piropos acosadores, con manoseo en los buses, con masturbaciones en donde se usan nuestros hombros o traseros, sin consultarnos, para procurarse placer.

Otra de las incongruencias entre ambos instrumentos consiste en la definición de feminismo.

Nuevamente nos topamos en el reglamento con una visión limitada que solo pretende relegar el tema de la violencia al hogar o a las relaciones de pareja, negando el acoso del que somos víctimas las mujeres en la calle, cuando a los “caballeros” se les antoja decirnos groserías (léase piropos) solo porque si, solo porque les dio la gana.

Si el tema es que los hombres femicidas no asesinan a mujeres que no conocen o con las que no hayan tenido una relación de pareja, basta con consumir una dosis de ediciones amarillistas, de esas que suelen regalarnos el canal 10 o el canal 8 en horas tan apropiadas como el almuerzo o la cena, para darnos cuenta de que eso no es cierto.

Para muestra un botón, en junio de este año, en el barrio capitalino Milagro de Dios,  Rosa Katiuska Gómez Aguirre de 40 años murió a manos de su vecino Aníbal Orozco Escoto, de 38 años, quien acompañado de su hermano decidió quitarle la vida clavandole un arma blanca en la frente, en represalia porque ella le llamó la atención por orinar en la puerta de su casa.

Según el reglamento, este acto cruel y cobarde no es tipificado como femicidio. No entiendo por qué este Gobierno que tanto se jacta de reivindicar los derechos de las mujeres decide no reconocer que las mujeres hemos sido y continuamos siendo víctimas de violencia también en el ámbito público, la explicación que se me ocurre es desesperanzadora, la vida de las mujeres, nuestra vida no es prioridad para este Gobierno, solo representamos un slogan más.

Por otra parte, el concepto de femicidio como un delito, en la ley 779 es más amplio, reconoce que puede ser cometido en la casa o en la calle, señala como femicidas no solo a ex parejas de la víctima, sino también a desconocidos o personas con las que no necesariamente tenga un vínculo emocional y plantea toda una gama de circunstancias en las que este delito puede darse.

La ley 779 plantea de manera acertada el tema del femicidio como una manifestación de la desigualdad de género, en donde el hombre pretende imponer su supremacía al punto de anular a la mujer.

Si seguimos hurgando en el reglamento, nos topamos con las mentadas consejerías familiares e institucionales que pretenden fomentar el “establecimiento de compromisos y planes de crecimiento familiar, basados en la comunicación, el respeto, el apoyo mutuo y el amor”.
Aclaremos algo, cuando hay violencia, no hay amor y evidentemente existe una incapacidad tanto del agresor como de la persona agredida para comunicarse de manera asertiva y respetuosa, no hay comunicación de igual a igual.

Por lo tanto, una mujer agredida, una mujer que vive violencia el único plan que puede tener al lado de su agresor es el idear maneras de sobrevivir un día más, lo que está a mil años luz de su propio crecimiento personal, al cual seguramente ya renunció.

La creación de las consejerías familiares como espacios de resolución de conflictos, alimenta el amor idealizado, plantea como primera necesidad el mantenimiento de la “armonía familiar” y nuevamente minimiza la violencia de género, relegando el derecho de la mujer a vivir sin violencia a un segundo plano.

Además, los actores propuestos para brindar las consejerías, no me parece que sean los más adecuados, entre ellos están líderes religiosos que tienen ideas misóginas y promueven la sumisión y la obediencia femeninas, lo cual no contribuirá a abordar el tema de la violencia de manera estructural, sino a agudizarla.

En la ley 779 no se plantean consejerías de ningún tipo, sino que se prohíbe de manera clara la mediación en el artículo 46.

Para continuar con este rosario de diferencias, nos topamos en ambos instrumentos con una Ruta de Acceso a la Justicia larga y desgastante, con la salvedad de que en la ley 779 se retoma el procedimiento propuesto por Procuraduría Especial de la Mujer en donde se concluye con una sentencia contra los agresores, pero en el reglamento no se plantea en ningún lado ni siquiera la posibilidad de encarcelar a un agresor.

El reglamento no es claro, pero define en cuatro pasos el camino que la mujer debe seguir para “resolver el problema”, minimizando nuevamente los actos violentos que el hombre comete contra la mujer y desestimando la posibilidad de que estos aumenten gradualmente hasta acabar con su vida.

Las instituciones encargadas de “acompañar” a la mujer en este proceso son la Comisaría de la Mujer y el Ministerio de la Familia, instancias por medio de las cuales se pretenderá restablecer el “buen funcionamiento de las relaciones familiares.”

Por si fuera poco, las medidas precautelares tampoco coinciden en ambos documentos, pues la ley 779 en su artículo 24, inciso a. mandata a autoridades a “ordenar el abandono inmediato del hogar al presunto agresor” esta medida está orientada a salvar la vida de la mujer.

Mientras que el reglamento indica que este tipo de medidas deben ser previamente consultadas o validadas por los gabinetes de la familia, facilitadores judiciales, pastorales religiosas, y demás integrantes de las consejerías familiares para que las autoridades puedan ponerlas en marcha.

Esto significa un inmenso retroceso en términos de acceso a la justicia. Por un lado por el carácter misógino que tendrán las consultas que se realicen a los líderes religiosos y por otro lado, porque nadie puede garantizar la imparcialidad de ninguno de los actores miembros de las consejerías familiares.


La ley 779 fue un alegrón de burro si el procedimiento de aplicación a seguir es el propuesto por el presidente mediante el decreto 42-2014, la vida de las mujeres no puede ni debe continuar a los vaivenes de la política basada en la demagogia que en conjunto con el patriarcado y las desigualdades de género nos alejan de nuestro derecho a vivir libres de violencia.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Los micromachismos apestan

Los micromachismos apestan

Existen mecanismos sutiles que los hombres emplean para violentarnos por nuestra condición de mujeres. Estos mecanismos son más eficaces que los golpes o los gritos porque calan sensiblemente en nuestra autoestima y muchas veces nos hacen dudar de nuestras propias capacidades, obligándonos a renunciar a nuestra autonomía, a tener una imperante necesidad de ser aprobadas por nuestras parejas, negando nuestra propia identidad para satisfacer normas sociales y deseos ajenos.

Es sumamente importante detectar dichos mecanismos para desactivarlos y hacer de las nuestras, relaciones más equitativas y basadas en la igualdad, en las que se deje de considerar al hombre como el centro del mundo, cuyas necesidades tengan que ser satisfechas por encima o en detrimento de las nuestras.

Luis Bonino nos da luces, para detectar el maltrato solapado que como dije antes es más efectivo que el maltrato que puede observarse a simple vista. Nos alerta a las mujeres sobre la importancia de desmantelar o contrarrestar marañas emocionales que puedan desestabilizarnos y comprometer nuestra autonomía.


Pero también llama a los hombres a revisar el accionar que han tenido en sus relaciones interpersonales, a autocriticarse, haciendo a un lado el temor de quedar en evidencia y desventaja ante nosotras  y encaminarse al cambio, adoptando un nuevo modelo de masculinidad.

Por aquí les dejo el artículo redactado por Luis Bonino pa que le echen un vistazo y nos pongamos las pilas a contrarrestarlos Los Micromachismos mM de Luis Bonino


viernes, 4 de julio de 2014

La bandidita de doña Doroteia y su "oscuro" pasado

Si sos cliente habitual de la telenovela Gabriela, como yo, posiblemente vas a coincidir conmigo respecto a que doña Doroteia mas que el "pilar de la moral de la sociedad de ilheus" es una vieja doblemoralista de la peor calaña, que no solamente le jode la vida a todos los habitantes de esa ciudad, sino también a nosotros como televidentes, poque nos saca la piedra y la caja de lustrar.

 Chismosa como solo ella, le encanta andar metida en la vida de todo mundo en nombre de "la moral y las buenas costumbres", como si con eso pudiera borrar su pasado de cortesana.


Fue increíble el capítulo de ayer, me quedé pasmada, de una sola pieza agarrada a los brazos de la silla cuando el coronel Coriolano le echó en cara su pasado como "cortesana" ante la negativa de esta de apoyar la boda de Zarolha con el coronel Manoel Das OnÇas por el hecho de ofrecer sus servicios sexuales en El Bataclán.


La expresión de todos los que escucharon tamaña revelación no tenía precio, en un instante se fue a la porra la imagen de "pilar moral" de esta viejita y paso a ser, por palabras de su propio hijo y nieto "una zorra", ella, a quien no le pesaba la lengua a la hora de usar ese mismo apelativo contra quien consideraba que lo mereciera.

Sufrió en carne propia lo que implica ser señalada, fue agobiada por las miradas de incredulidad y reprobación.

Pienso que este tipo de personajes tambien existen en la vida real y una moraleja que me dejó este capítulo es desconfiar de aquellos o aquellas que tienen por ejercicio señalar la vida de los otros, esos que no ven la biga que tienen en su propio ojo pero son capaces de detectar a leguas la paja en el ojo ajeno.

Por aquí les dejo una de las andanzas de la señora, para quienes se aventuren a leer estas cuatro líneas, este fragmento de la novela, lo tomé del facebook de mi querido amigo Martín Urcuyo.

Ya veremos que nuevas sorpresas nos trae Gabriela en sus últimos capítulos.


jueves, 3 de julio de 2014

20 años de la Colectiva de Mujeres de Masaya

Foto: END
Experiencia, valentía, liderazgo, retos, lucha feminista, son algunos de los sinónimos que identifican a la Colectiva de Mujeres de Masaya, movimiento que está de manteles largos celebrando 20 años de promover y defender los derechos de todas.

La Colectiva ha acompañado a  mujeres de comunidades rurales de los municipios de Catarina, Tisma, Niquinohomo, Nandasmo, Masatepe y Masaya haciéndoles ver la importancia de que sean autoras de su propio cambio y transformen la realidad de la violencia.

Ha atendido a más de 15 mil mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia de género y sexual, han alfabetizado a dos mil 754 mujeres, han realizado jornadas de salud, garantizando a las mujeres la realización de papanicolaou, mamografías y pruebas de VIH.


Su trabajo se enfoca en prevención y educación mediante procesos de reflexión feministas, hablando sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, campañas que promueven una vida libre de violencia.

Nuestro sueño "está vigente y válido ahora mas que nunca, cuando nuestros derechos son vulnerados, cuando la cifra de mujeres que mueren a manos de sus parejas se eleva y las que mueren por negligencia o falta de atención médica sube de forma alarmante" reflexionan sus fundadoras María Elola y Klemen Altamirano.

Contacto: Klemen Altamirano klemenlorena@hotmail.com Telefax: 25225458
Celular. 88057295

Nicaragua celebra el orgullo gay

Martha Delgado./Gays y lesbianas se manifiestan en el centro de
Managua en el día del orgullo gay.
La Diversidad Sexual nicaragüense salió a marchar a las calles de Managua en celebración al día internacional del orgullo gay, haciendo gala de colorido, humor, alegría, en demanda de no discriminación y respeto a sus derechos.

Manifestantes de toda Nicaragua, convocados por la Mesa Nacional LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales) exigieron eliminar la discriminación por orientación sexual, respeto y trato digno.

Otra demanda consistió en el acceso a la justicia, ya que esta comunidad considera que existe poca beligerancia por parte de los operadores de justicia ante casos de abuso y violencia hacia la diversidad sexual.

Según datos de Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, en lo que va del 2014 se han registrado alrededor de 26 denuncias por casos de violación de derechos hacia la comunidad LGBTI.

La caminata estuvo marcada por bailes, mucho colorido y pancartas con el lema "Exigiendo derechos, construyendo ciudadanía" al ritmo de comparsas y los tradicionales chicheros que elevaron aun mas los ánimos de la concurrencia.

Para cerrar con broche de oro, se contó con la protesta sonora de Gaby "La Vaca loca", quien inyectó euforia entre los asistentes proclamando los derechos de la diversidad sexual.

Durante su intervención la cantante también denunció los femicidios e hizo un llamado a castigar a los asesinos.

Ver aquí